No es una nube caprichosa ni un hongo radiactivo, más bien es un
yunque químico a pocas millas de Santander. Parecía que se estuviese quemando el barco. ¡No fuese malo! Lo que estamos quemando es el
Planeta Tierra. Aunque a más de uno le parezca necesario incinerar los residuos de, tal vez, porquerías transportadas para fabricar, tal vez, porquerías que sin duda compramos "todo a 100" (ó 60 ó ni se sabe)
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